Por Stefany Paola Garcia Beleño
El desarrollo humano en la primera infancia es fascinante y fundamental. Los primeros dos años de vida no solo marcan el inicio de habilidades como sentarse, caminar o hablar, sino que también sientan las bases emocionales, sociales y cognitivas que influirán a lo largo de la vida. Como padres, cuidadores o profesionales, comprender lo que sucede en estos meses es clave para brindar un acompañamiento consciente y amoroso.
👶 Del nacimiento a los 2 años: ¿Qué ocurre?
Durante este periodo, el desarrollo del bebé es rápido e intenso. La pediatra Diana Álvarez, conocida como Dra. Di, nos guía en varios de sus videos sobre cómo evoluciona el bebé y qué señales deben llamar nuestra atención:
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De 3 a 6 meses, los bebés empiezan a levantar la cabeza con firmeza, balbucean, se ríen y buscan el contacto social. Es un momento mágico para la conexión emocional.
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De 9 a 12 meses, ya pueden gatear, señalar objetos, aplaudir, y algunos incluso dan sus primeros pasos. También aparece la ansiedad por separación.
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De 0 a 12 meses, debemos estar atentos a signos de alerta como no fijar la mirada, no responder a sonidos o no sentarse sin ayuda.
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De 12 a 24 meses, el lenguaje empieza a florecer. Si a esta edad el niño no dice palabras simples, no camina o parece indiferente a su entorno, es importante consultar.
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🧠 Lo que dice la teoría del desarrollo
Para entender mejor estas etapas, podemos recurrir a algunas teorías clásicas de la psicología del desarrollo, que nos ayudan a ver más allá de lo físico:
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Bowlby y la Teoría del Apego: El vínculo con el cuidador principal (generalmente mamá o papá) es la base del desarrollo emocional. Un apego seguro da confianza al bebé para explorar el mundo.
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Piaget y el desarrollo cognitivo: En esta etapa, el niño se encuentra en la fase sensoriomotriz, donde explora el entorno con sus sentidos y movimientos, y poco a poco entiende que los objetos siguen existiendo aunque no los vea (permanencia del objeto).
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Vygotsky y el desarrollo social: El lenguaje y la interacción con adultos son claves. El bebé aprende a través de la imitación y del juego compartido.
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Erikson y el desarrollo psicosocial: En los primeros 18 meses, el gran desafío es desarrollar confianza vs. desconfianza. Si el bebé se siente seguro y atendido, podrá confiar en el mundo.
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🧠 Lo que dice la teoría del desarrollo
Para entender mejor estas etapas, podemos recurrir a algunas teorías clásicas de la psicología del desarrollo, que nos ayudan a ver más allá de lo físico:
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Bowlby y la Teoría del Apego: El vínculo con el cuidador principal (generalmente mamá o papá) es la base del desarrollo emocional. Un apego seguro da confianza al bebé para explorar el mundo.
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Piaget y el desarrollo cognitivo: En esta etapa, el niño se encuentra en la fase sensoriomotriz, donde explora el entorno con sus sentidos y movimientos, y poco a poco entiende que los objetos siguen existiendo aunque no los vea (permanencia del objeto).
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Vygotsky y el desarrollo social: El lenguaje y la interacción con adultos son claves. El bebé aprende a través de la imitación y del juego compartido.
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Erikson y el desarrollo psicosocial: En los primeros 18 meses, el gran desafío es desarrollar confianza vs. desconfianza. Si el bebé se siente seguro y atendido, podrá confiar en el mundo.
🎥 Ver video Freud y el desarrollo psicosexual
Freud ubicó esta etapa en la fase oral, donde el placer se centra en la boca (alimentación, succión, etc.). Esta etapa es fundamental para la construcción de la seguridad emocional, ya que el vínculo con la madre o cuidador se expresa a través de la alimentación y el afecto.
🎥 Ver videoKohlberg y el desarrollo moral
Aunque su teoría se enfoca en edades posteriores, Kohlberg sostiene que las bases de la moralidad empiezan a formarse en la primera infancia, a través del modelado. Cuando el bebé observa actitudes como el cuidado, la paciencia o la empatía, internaliza gradualmente nociones básicas de lo que está bien o mal.
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🧩 ¿Y si algo no va bien?
No todos los niños se desarrollan igual. Algunos van más rápido, otros toman su tiempo. Lo importante es observar, acompañar y, si es necesario, consultar a un especialista. Los libros de Pérez (2012) y Stassen (2016), dos referentes en psicología del desarrollo, coinciden en que una intervención temprana es clave para ayudar al niño a alcanzar su máximo potencial.
Conclusión
Los primeros dos años de vida son una etapa de descubrimientos, aprendizajes y vínculos. Estar informados y atentos no significa alarmarse ante cada diferencia, sino tener herramientas para acompañar mejor. Como adultos, somos guías y referentes en este maravilloso viaje del desarrollo humano.
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