La pandemia de COVID-19 transformó radicalmente el escenario educativo mundial, forzando un tránsito abrupto de la enseñanza presencial a la modalidad virtual. En este contexto de cambio acelerado, el artículo “Hábitos de estudio, motivación y estrés estudiantil en ambientes virtuales de aprendizaje” (Salinas Padilla et al., 2022), ofrece un análisis detallado sobre cómo los universitarios han enfrentado los desafíos de esta nueva realidad. A través de un piloteo de instrumento aplicado a 318 estudiantes de licenciatura, los autores exploran tres dimensiones fundamentales: los hábitos de estudio, el rol del estudiante en entornos mediados por TIC y el impacto emocional derivado de la virtualidad.
Desarrollo y hallazgos destacados:
Los resultados muestran una paradoja importante. Aunque un 80,7 % de los participantes reconoce que los hábitos de estudio son esenciales para un buen rendimiento, solo el 65,9 % utiliza de forma habitual técnicas como mapas conceptuales, esquemas o fichas bibliográficas. Además, persiste la tendencia a estudiar solo un día antes de los exámenes, lo que limita el aprendizaje profundo y la consolidación del conocimiento. Si bien muchos estudiantes toman apuntes y hacen pausas estratégicas durante el estudio, la planificación sistemática y el repaso anticipado no son prácticas generalizadas.
La mayoría de los encuestados se percibe como proactiva, responsable y con capacidad de autogestión y autodisciplina. Un 75 % reconoce que la modalidad virtual les ha ayudado a desarrollar competencias como el autoaprendizaje y la organización del tiempo. Sin embargo, el 43,9 % manifiesta dificultades para manejar plataformas o aplicaciones educativas, lo que pone en evidencia la necesidad de reforzar la alfabetización digital. También se destaca el valor del trabajo colaborativo, aunque la interacción entre pares sigue siendo un reto en ambientes completamente virtuales.
Emociones y motivación:
En el plano emocional, los datos son contundentes: el 59 % de los estudiantes experimentó emociones negativas como frustración, aburrimiento, tristeza o estrés. Un 78,2 % reconoce que estas emociones influyen directamente en su rendimiento académico. A pesar de ello, el papel del docente se mantiene como un factor clave: un 73,8 % considera que la forma en que el profesor transmite los contenidos impacta su motivación, y un 64,7 % valora el apoyo docente como un elemento esencial para mantenerse enfocado en sus estudios.
Valoración crítica
La investigación aporta una mirada integral que no se limita a medir porcentajes, sino que relaciona variables académicas, tecnológicas y emocionales. Su principal valor radica en evidenciar que la educación virtual no es únicamente un asunto de acceso a dispositivos o conectividad, sino un proceso complejo en el que se entrelazan hábitos, competencias y bienestar emocional. A pesar de ser un estudio piloto, ofrece bases sólidas para que las instituciones de educación superior diseñen estrategias que fortalezcan el aprendizaje autónomo, mejoren la capacitación tecnológica y, sobre todo, prioricen el acompañamiento emocional del estudiante.
Mapa Conceptual
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